Tiempo es una de las últimas propuestas del director del Sexto Sentido, que repite formato (con cameo incluido) y hace lo que ya nos mostró en cintas como Señales o El Incidente, de nuevo una familia que no pasa por su mejor momento tendrá que sobreponerse a la adversidad para hacer frente a una amenaza sobrenatural, en este caso una playa en la que el tiempo el tiempo, literalmente, vuela, entras niño y sales viejo.


El caso es que Shyamalan repite fórmula en Tiempo pero ya pasa factura, no innovar supone arriesgarse a repetirse, si repites éxito bien, pero también puedes encontrarte con un público agotado de tus propuestas y en este caso, al menos para quien escribe, comienzo a notar un poco el síndrome del piloto automático.

A pesar de que la película brinda al espectador una gran sensación de deja vu, no podemos ignorar su mensaje de Carpe Diem, muy manido y explotado hasta la extenuación en el cine pero que nunca está demás.

Claro que esto es solo mi opinión.

Sobre El Autor

Periodista amante del cine. Director y presentador del Podcast 'La Guarida de Kovack'.

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