La película se enmarca dentro de un futuro cercano en el que las bandas de criminales llevan su reino del terror por las ciudades. La policía lucha contra estas bandas ejerciendo una brutalidad desmedida. Uno de los mejores hombres del cuerpo de la Ley es Max Rockatansky (Mel Gibson) un joven policía con nervios de acero que sufrirá en sus propias carnes la triste realidad de la sociedad en la que vive.
Uno de los primeros trabajos de un jovencísimo Mel Gibson, que fue al casting acompañando a su amigo Steve Bisley, que iba a hacer la prueba para el papel de Max. A George Miller, el director de la película, le gustó el aspecto de Gibson y le dio el papel y a Bisley le ofreció el papel de ‘El Ganso’ el amigo de Max en la película.
George Miller, el director de la historia, era un cirujano que quería hacer un Western, sin embargo su falta de presupuesto no le permitió rodarlo como le hubiese gustado por ello adaptó el género a sus necesidades y sustituyó los caballos por los coches y las motos. Prácticamente tuvo que pagar él la producción de la película por ello muchos de los moteros que aparecen son moteros reales de bandas de Australia que se ofrecieron voluntarios y trabajaron sin cobrar. Tan escaso era el dinero que Mel Gibson cobró 15.000 dólares y su única petición era poder comer en el Macdonald’s.
Es una película en la que la violencia está muy presente, además de una manera muy gratuita que llega a dejar mal cuerpo. Los villanos que nos presentan van dejando un rastro de destrucción y crimen a su paso.
Es una buena película introductoria del universo Mad Max, te deja con ganas de más ya que aún ves una sociedad con cierta estabilidad, hay negocios y el propio Max se pide unas vacaciones para ir a la playa. Esta tranquilidad será abandonada en las secuelas y el público lo agradece ya que el futuro en el que vive Max es apocalíptico, un futuro en el que la única ley que existe es la del más fuerte.
Claro que esto es sólo mi opinión.
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