El verano que vivimos’ trata sobre un amor breve pero intenso, un verano que se prolongó en el tiempo y que se convirtió en algo eterno. Unas simples esquelas enviadas cada año el mismo día son el detonante de una investigación que comienza desganada e inocente y que acaba convertida en toda una búsqueda de una verdad que quedó enterrada en Jerez. Las viñas de esta localidad andaluza se convierten en escenario y a la vez testigo de esta historia de amor imposible.

Blanca Suarez y Javier Rey son los protagonistas de esta historia cuyo romanticismo trascendió la pantalla y se volvió real, aunque no se sabe si este amor se cosechó antes de que ambos llegasen al proyecto. Olvidándonos de la prensa rosa, la pareja protagonista está fantástica haciendo casi imposible escoger entre uno u otro, pero si insistís creo que Suarez está en el primer puesto, reconozco que no tenía muchas esperanzas en ese acento que le ha impuesto el guion, pero (ojo no soy andaluz y por lo tanto me puedo equivocar) lo borda, incluso baja su tono de voz agravando sus expresiones al hablar.

La pena que pesa a esta historia es que su trama principal es tan majestuosa que se merienda a la trama secundaria. También es cierto que los dos actores que llevan esta historia secundaria (Guiomar Puerta y Carlos Cuevas) tampoco están a la altura de sus competidores y claro al final todo suma.

Los amantes del vino disfrutarán de esta historia que tiene lugar en el seno de uno de nuestros productos más reconocidos, el vino de Jerez, en este sentido es importante destacar la gran labor del encargado de fotografía Jacobo Martínez que hace que esta zona sea mucho más mágica de lo que ya es de por sí.

Claro que esto es sólo mi opinión.

Sobre El Autor

Periodista amante del cine. Director y presentador del Podcast 'La Guarida de Kovack'.

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