En El Menú un grupo de personas viaja hasta una isla para disfrutar del trabajo que les ha preparado un cheff un tanto extravagante y con aires de grandeza, una experiencia muy exclusiva que una vez que empiece se darán cuenta de que allí pasan cosas muy extrañas.

Ante todo es importante decir que El Menú es una película que no trata sobre comida, ni siquiera de cómo nos comportamos con la comida, que a veces se convierte en un medio para demostrar un estatus. El Menú trata sobre cómo nos comportamos como sociedad de que ya no se disfruta de las cosas, de cómo nos hemos convertido en falsos espejos que reflejan una realidad que no existe o que no es tan veraz como parece.

Dentro de esta película tenemos un carrusel de personajes entre los que nos encontramos con críticos que se creen con la potestad de endiosar o acabar con la carrera de las personas, quienes van por puro postureo, ricos que no saben qué hacer con el dinero, gente que cree que sabe de cocina pero todo es falso y entre todos ellos destaca el papel de Anya Taylor-Joy, una joven que representa a ese sector de la población que disfruta de las cosas que, en este caso, simplemente se sienta y disfruta de la comida.

Muy interesante también el papel de Ralph Fiennes, convertido en un cheff de éxito que odia su oficio desde hace un tiempo.

El Menú es una película que nos hace mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos si estamos disfrutando de la comida o es un mero postureo, así que os propongo que si la vais a ver o ya la habéis visto os hagáis esta pregunta y en el caso de que la respuesta sea negativa toméis cartas en el asunto.

Claro que esto es solo mi opinión.

Sobre El Autor

Periodista amante del cine. Director y presentador del Podcast 'La Guarida de Kovack'.

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