La película ya tiene algunos años y ya la he visto varias veces, pero aún así no pierde su toque, me siguen haciendo las mismas gracias y me sigo riendo como la primera vez que la vi.
Cerdos Salvajes” (Wild Hogs‘ Walt Becker, 2007) es una denuncia acerca de que hay vida después de los cincuenta, como ya lo hizo “Rocky Balboa” (Sylvester Stallone, 2007), solo que Stallone le dio un toque más dramático a la suya.
La historia trata de cuatro cincuentones que han visto como sus vidas no son como planearon cuando eran jóvenes. Doug (Tim Allen) pasó su juventud bebiendo de juerga en juerga y respondiendo al apodo de “El Guerrero Dorado”. Ahora es un dentista con colesterol al que su hijo no admira.
Dudley (William H. Macy) es un informático al que las mujeres se le dan peor que montar en moto, que ya es decir. El entusiasmo que le pone a la vida será lo que le anime a realizar el viaje.
Bobby (Martin Lawrence) cansado de su trabajo decide tomarse un año de descanso para realizar su sueño y escribir un libro sobre bricolaje, pero este sueño se acaba cuando su mujer le recuerda que el año ya ha pasado y tiene que volver a “El Bufete”, quedaros con ese nombre.

Por último está Woody (John Travolta) para sus amigos es el afortunado del grupo, sin embargo la realidad es otra, arruinado y en trámites de divorcio Woody ve como su vida se desploma y que su único apoyo son sus amigos y su moto, por eso decide proponerles el viaje.

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(Los “Cerdos Salvajes” en su bar de siempre)

Travolta cansado de utilizar su moto una vez por semana para ir al bar de siempre, les plantea su idea de atravesar el país a lomos de sus motos. Al principio la idea no gusta mucho, pero al final todos aceptan embarcarse en esa vuelta a la juventud.Contar lo que sucede durante el viaje haría que se perdiese la magia, asi que será mejor que lo veáis. Pero ya os digo que las carcajadas están aseguradas, resaltar un solo momento sería inútil ya que la película está plagada y resultaría imposible hacerlo.

Una cosa está clara, la película no pasará a los anales de la historia del cine, pero eso no quiere decir que no merezca la pena verla. Todos están espectaculares, aunque hay que destacar a Travolta y a Macy.

Travolta ese actor al que cualquier personaje le queda como anillo al dedo, da igual que sea bueno, malo, cómico o trágico, tú le ves interpretarlos y funciona. En esta no defrauda, consigue sacarnos más de una carcajada con sus caras y sus frases.

(William H. Macy)

El otro destacado, Macy, me sorprendió, acostumbrado a verle en papeles más serios parece mentira que sea el protagonista de muchas de las escenas cómicas. Todo su personaje, en sí, hace gracia.

Los otros dos “Cerdos Salvajes”, Lawrence y Allen, también hacen su trabajo y nos hacen reír, pero quedan eclipsados por sus dos compañeros.

(Marisa Tomei)

Además de estos protagonistas de lujo, la cinta cuenta con secundarios de lujo, por un lado la oscarizada Marisa Tomei y por otro, interpretando al motero duro que quiere acabar con los cerdos, Ray Liotta. También hay un cameo de lujo al final de la película, lo siento pero no desvelaré nada más.

(Ray Liotta)

Es un film para todo tipo de público pero en especial para aquellos para los que las motos son algo más que un medio de transporte. Las imágenes en las que salen montando están muy bien rodadas, mostrando planos detalles de las diferentes partes de las motos combinados con planos generales donde se ve el paisaje y esas carreteras americanas tan características, además todo va adornado con una banda sonora increíble y en un segundo plano sonoro el rugido de los motores de las Harleys.

Eso sí, la película tiene un peligro, cuando acabas de verla sientes unas ganas gigantescas de montar en moto, lo digo por experiencia. ‘Cerdos Salvajes‘ es una buena elección para una aburrida tarde de domingo.

Claro que esto es sólo mi opinión.

 

Sobre El Autor

Periodista amante del cine. Director y presentador del Podcast 'La Guarida de Kovack'.

Una Respuesta

  1. Anonymous

    Pienso igual que tu, Jiman. Cada vez que la veo, me entran mas ganas, aún más, de tomar la “burra” y hacerme una ruta. Por cierto, a ver cuando repetimos aquella, en la que pasamos tanto frio.

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