En 1990 Chris Columbus nos trajo esta película de ambientación navideña en la que un niño (Macaulay Culkin) daba un buen escarmiento a unos ladrones.
El maestro John Williams nos volvía a sorprender con unos acordes que se grabaron en nuestra mente y que desde entonces no somos capaces de escucharlos y no recordar la navidad.
La banda sonora se llevó el Premio BMI (Broadcast Music Ink) y fue nominado al Oscar a la mejor música y mejor canción.
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