Tres años después de ‘Batman‘ Tim Burton vuelve a ponerse a los mandos del Caballero Oscuro de Gotham. Aunque se puso un poco por obligación hay que reconocer que el resultado está a la altura de su hermana mayor.
Arranca presentándonos a quien será el villano de la historia, El Pingüino (Danny de Vito), uno de los personajes más característicos del universo de Batman. Gotham vive más tranquila gracias a su justiciero enmascarado, pero la alegría dura poco en la casa del pobre, tras la muerte del Joker llega alguien a ocupar su trono. Pese a lo que pueda parecer El Pingüino sólo es un hombre de paja, el verdadero cerebro criminal es Max Shreck (Christopher Walken), un magnate de la energía que quiere instalar una central de energía para abastecer a la ciudad, aunque el plan de Shreck dista mucho de ser así, en realidad lo que quiere es robar la energía, para ello utilizará al Pingüino para que se presente a alcalde de Gotham y así podrá tener carta blanca con su malévolo plan.
En general es más oscura que la anterior. El ambiente gótico aumenta, todo bañado por un argumento de conspiración. Físicamente el villano es más llamativo de lo que en su día fue el Joker de Jack Nicholson, sin desmerecerle eso sí, Danny de Vito esta a la altura de un personaje que parece estar escrito para él. Christopher Walken interpretó al auténtico villano pero queda eclipsado por de Vito.
El punto femenino lo pone Michelle Pfeiffer, sobre todo cuando se mete en su traje de Catwoman, sexy y letal al mismo tiempo, la esencia del personaje. Selina Kyle será quien de vidilla a Bruce Wayne interpretado por un Michael Keaton que parece cansado y sin ganas de meterse en la piel de Batman.
Pese a que Burton lo hizo por obligación nos da una película divertida y que ayuda a pasar el rato con una trama oscura y llena de conspiración bañada, además, por el trabajo de Danny Elfman en la composición musical.
Definitivamente una buena historia del Batman de la era pre-Nolan.
Claro que esto es sólo mi opinión.
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