Charly (Hugh Jackman) es un boxeador fracasado que se dedica a las peleas de robots. Su trabajo consiste en comprar robots baratos y apuntarlos a peleas en un circuito amateur. Junto a su hijo, al que casi no conoce, decide construir y entrenar a un robot.
  Nadie da nada por la pareja y su luchador sin embargo poco a poco van subiendo los escalones de la competición hasta que se convierten en un fenómeno del que todo el mundo habla.
  La película no nos plantea una historia novedosa, pero es que ya pocas lo hacen. En ésta podemos ver dos claras referencias. Por un lado, en la historia del padre y su hijo, se puede apreciar claros tintes de ‘Yo el halcón‘ (Menahem Golan, 1986), en la que Sylvester Stallone lucha por ganarse el cariño de su hijo, al que apenas conoce.
  Como segunda influencia, creo que está demás decirlo, tenemos ‘Rocky’ (John G. Avildsen, 1976). Si la llega a protagonizar Stallone podría haberse llamado Rocky VII o Rockybot ya que la historia es muy similar, nadie da nada ni por Rocky ni por el robot de Jackman y sin embargo ambos consiguen enfrentarse al mejor y plantarle cara.
  Como era de esperar uno de los puntos fuertes son los efectos especiales. No pude ver la película en el cine y lo lamento ya que la hubiese disfrutado mucho más. Dentro de unos años veremos el film y se habrán quedado desfasados pero a día de hoy es de lo mejor que he visto. Las interacciones de los actores con los robots están tan bien hechas que parece que de verdad están ahí.
  Hugh Jackman está bien. La verdad es que es un actor que me cae bien entonces es muy difícil que me disguste, también es cierto que últimamente escoge bien los papeles, esperemos que no se repita lo sucedido con ‘Van Helsing‘ (Stephen Sommers, 2004). En ésta, como digo, está bien, es creíble, pero no es su mejor actuación.
  El niño, Dakota Goyo, se hace un poco cargante, sobre todo cuando empieza a bailar y se le sube un poco la fama, pero también puede ser culpa del doblaje que no ha sido muy aceptado. Completando el reparto de protagonistas tenemos a Evangeline Lilly, no aparece mucho, no merece premios por su actuación pero tampoco merece críticas muy negativas.
  Como ya digo la película no da nada nuevo. Pero en los tiempos que corren, con todos los problemas que cada uno tenemos, más la crisis y todo lo demás, la verdad es que estás historias son más que recomendables para apagar un ratito el cerebro, dejar de pensar y olvidarte de todo.
  Yo siempre defenderé la películas que te quitan problemas y no las que te dan más, ya que vas al cine y pagas por lo menos salir contento y no con más cargas. Lo dicho, dadle al botón de off del cerebro y a disfrutar.
  Claro que esto es sólo mi opinión.

Sobre El Autor

Periodista amante del cine. Director y presentador del Podcast 'La Guarida de Kovack'.

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