Esta es una película que tenía muchas ganas de ver y que a la vez me daba miedo debido al cariño que tengo a Stallone.
Tras un trabajo Jimmy Bobo (Sylvester Stallone) ve cómo su amigo y compañero muere a manos de un titánico asesino llamado Keegan (Jason Momoa). Para vengarse tendrá que aliarse con alguien con quién nunca habría cruzado una palabra, el policía Taylor Kwon (Sung Kan).
Tal y como he dicho más arriba me daba miedo verla porque creía a que no iba a estar a la altura de los últimos trabajos del bueno de Stallone, salí bastante contento del cine ya que, aunque efectivamente no está a la altura de Los Mercenarios 2, la verdad es que la película mantiene muy bien el tipo y tiene buenas dosis de acción.
La película está basada en un cómic homónimo y por ello utiliza recursos típicos de este estilo narrativo, como por ejemplo las voces en off para reflejar lo que el personaje está pensando en ese momento.

Es la clásica historia de venganza que tanto hemos visto en el cine pero que funciona tan bien que no nos cansamos de verla. De principio a fin la película está plagada de acción y peleas muy bien coreografiadas, el problema está en que no siempre se puede apreciar.
Creo que Walter Hill no ha estado a la altura ya que tenía un caramelito y no le ha sacado provecho, no hay más que ver las peleas entre Stallone y Momoa y sentir que te has perdido la mitad de la acción. Stallone tendría que haberle dado un par de consejos ya que si veis Los Mercerarios vereis que no sólo hay buenas coreografías sino que también se dejan ver.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, esta película no pasará a la historia por ello, pero como digo la película no engaña, te ofrece acción y eso es lo que te da. La mejor opción para un día de estrés, que en los tiempos que corren seguro que hay más de uno al mes. Ya sabéis, poned el cerebro en Off y a disfrutar de la acción.
Claro que esto es sólo mi opinión.
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